Cómo afrontar la alimentación emocional

09 èþí, 10:10

«Como para satisfacer un hambre inhumana». «Como por aburrimiento, soledad o por estar acompañado». «Como porque paso por delante de una cafetería o un local de comida rápida». «Como porque tomé algo en una fiesta». «Como para no ofender a mi madre que estaba cocinando». «Como para estar a la altura de mis amigos y no privarme del placer». «Como porque estoy de mal humor». ¿Le suenan estas excusas? Si es así, sus problemas de peso están relacionados con un fenómeno llamado alimentación emocional. Utilizas la comida como una forma de hacer frente a los problemas y las emociones negativas.

El problema de la alimentación emocional

Esta actitud psicológica es la culpable de que le resulte difícil seguir la dieta. ¿Está preparado para frenar su apetito, controlar su peso y mejorar su calidad de vida? Recuerde: no existe una cura mágica para el sobrepeso. Debe aprender a controlar la ingesta de alimentos y a «apagar» el apetito para perder peso y mantener el peso deseado.

Comprender sus hábitos

El primer paso es comprender hasta qué punto tus emociones influyen en tu alimentación. Responda a las siguientes preguntas para evaluar sus hábitos:

¿Cuándo fue la última vez que comió demasiado?
¿Experimentó un ataque repentino de hambre?
¿Ha sentido un impulso irrefrenable de comer algo inmediatamente?
¿Prestabas atención a lo que comías o comías de todo indiscriminadamente?
¿Te has saciado de alimentos sanos o has necesitado ciertos alimentos?
¿Te sentías culpable después de comer?
¿Comías en exceso por estrés o para ahogar emociones negativas?
¿Comes rápido?
Entender las respuestas

El hambre emocional se produce de repente, a diferencia del hambre física, que se acumula gradualmente. El hambre física puede esperar, pero el hambre emocional exige una gratificación inmediata. Con el hambre física, puede elegir distintos alimentos y controlar el proceso de ingesta. El hambre emocional no discrimina entre alimentos y no está sujeta a la razón. Es difícil de satisfacer porque, incluso después de comer, el apetito no desaparece.

Aspectos psicológicos de comer en exceso

El hambre emocional requiere ciertos alimentos, como los dulces. El hambre física hace apetecible cualquier alimento. El comer en exceso emocional suele ir acompañado de culpa, a diferencia del comer en exceso físico, que no lo hace. El hambre emocional está causada por factores externos, como acontecimientos o experiencias, mientras que el hambre física está causada por las necesidades fisiológicas del organismo.

Conclusiones y recomendaciones

El estudio descubrió que las rupturas de dietas suelen estar asociadas a problemas emocionales como baja autoestima o alta vulnerabilidad emocional. Las mujeres que hicieron dieta con éxito volvieron a sus patrones alimentarios anteriores después de acontecimientos desagradables.

Para controlar el hambre emocional, hay que abordar los factores psicológicos que la desencadenan. Recuerde: el hambre emocional se produce en la cabeza, no en el estómago.


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