Postre aireado con frutos rojos

28 ноя, 10:10

El postre de Pavlova es una verdadera obra de arte culinaria que se ha ganado el corazón de los gourmets de todo el mundo. Su merengue blanco como la nieve, frutos rojos frescos, crema ligera y salsa aromática crean la combinación perfecta que no se puede olvidar. Probé este increíble postre por primera vez en uno de los mejores restaurantes y me causó una gran impresión. No contiene harina, lo que lo hace apto para quienes cuidan su figura, y el proceso de cocción en sí fue un verdadero desafío para mí.

Aunque la receta parece sencilla, conseguir el resultado perfecto no fue fácil. Al principio, los merengues a menudo no se batían bien o se quemaban en el horno. He desarrollado varias reglas importantes que ayudan en la cocina. En primer lugar, los utensilios y herramientas deben estar absolutamente limpios. En segundo lugar, hay que separar las claras de las yemas con sumo cuidado. He descubierto que usar un recipiente de cobre para batir las claras da mejores resultados: la espuma es espesa y ligera.

Otra observación útil es que es mejor batir las claras de huevo al baño maría, lo que facilita mucho el proceso. Agregar una pizca de ácido cítrico da a los merengues un color blanco como la nieve, pero en este caso el tiempo de horneado aumenta entre 30 y 40 minutos. Y lo más importante, no te apresures a sacar los merengues del horno hasta que se hayan enfriado por completo, de lo contrario podrían perder su forma.

Existen varias leyendas sobre el origen del postre. Uno de ellos dice que Anna Pavlova lo creó cuando vivía en París, inspirada por la maravillosa atmósfera del ballet. Otra versión afirma que la receta fue desarrollada por el chef australiano Albert Sachs, quien le puso al postre el nombre de la bailarina. Pero los neozelandeses confían en que este maravilloso bocado nació en su suelo y cada país declara con orgullo su conexión con él.

Preparar el postre lleva tiempo, pero el resultado merece la pena. Primero necesitas hacer los merengues. Batir 3 claras de huevo con 1 taza de azúcar glass y 1 cucharadita de esencia de vainilla hasta que queden esponjosas y brillantes. Colócalo sobre papel engrasado y hornea en horno precalentado a 100°C durante dos horas. Este enfoque garantiza un centro suave y bordes crujientes.

No te olvides de la salsa. Para ello, mezcle 0,5 kg de bayas frescas o congeladas con 250 g de azúcar glass y 1 cucharada de jugo de limón. Cocine a fuego medio hasta que espese un poco y luego cuele a través de un colador. Cuando los merengues se hayan enfriado, colóquelos en un plato, agregue la nata montada, vierta sobre la salsa de frutos rojos y decore con frutos rojos frescos. Este postre se convertirá en un auténtico adorno de cualquier mesa y hará las delicias de todos con su gran sabor.


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