Cómo afectan al organismo los días de ayuno a base de chocolate y otros productos

Últimamente, en Internet se habla cada vez más de métodos inusuales de descarga utilizando productos que normalmente se asocian con el aumento de peso. Las opciones más populares incluyen chocolate, vino, plátanos, patatas e incluso carne. Mucha gente se pregunta si estos días realmente ayudan a perder peso y qué tan seguros son para la salud. Veamos cómo funcionan estos días de ayuno y qué puedes esperar de cada uno de ellos.

El chocolate: ¿un placer para los golosos o una carga para el cuerpo?
Los días de ayuno de chocolate son populares entre aquellos que no pueden imaginar un día sin dulces. Por lo general, para tal descarga, se elige chocolate negro con un alto contenido de cacao, al menos un 75%. Se sugiere consumir hasta 200 gramos de chocolate, dividiéndolo en varias tomas, o combinarlo con té verde sin azúcar. Esta técnica promete una pérdida de peso de hasta un kilogramo. Sin embargo, es importante recordar que grandes cantidades de chocolate pueden sobrecargar el páncreas y provocar picos en los niveles de azúcar, lo que puede llevar al efecto opuesto: aumento del apetito al día siguiente.

El vino: ¿una forma elegante de beber o un riesgo para el hígado?
Existe un método de descarga que utiliza vino blanco seco. Durante el día es necesario beber una botella de vino y comer hasta 300 g de queso. Aunque este método promete ayudarte a perder hasta un kilogramo, supone una gran carga para tu hígado. Beber grandes cantidades de alcohol en un día puede causar intoxicación, especialmente si el cuerpo no está acostumbrado a tal carga. El vino tiene propiedades antioxidantes, pero beberlo demasiado puede anular sus beneficios.

Plátanos: ¿un aporte vitamínico o un estimulante del apetito?
Los plátanos suelen recomendarse para los días de ayuno debido a su contenido en vitaminas y en potasio y magnesio. En un día de ayuno puedes comer hasta 1,5 kg de plátanos, lo que te saciará e incluso mejorará tu estado de ánimo. Sin embargo, los plátanos también contienen muchos carbohidratos rápidos, que se absorben rápidamente, lo que provoca repetidas sensaciones de hambre. Además, en grandes cantidades pueden resultar pesadas para el estómago, especialmente si una persona tiene problemas para digerir los carbohidratos.

Patatas: sencillez y nutrición
El ayuno de papa es una de las opciones más fáciles para el organismo. Para ello, es necesario hornear o hervir entre 1 y 1,5 kg de patatas con piel y dividirlas en varias porciones. Es importante comer patatas sin sal, ya que esto ayudará a evitar la retención de líquidos. Cuando se comen correctamente, las patatas pueden ser una buena fuente de carbohidratos y fibra, especialmente cuando se combinan con verduras. Sin embargo, es mejor elegir patatas jóvenes para reducir la probabilidad de consumir sustancias nocivas.

Carne: ¿fuente de proteínas o una prueba para el organismo?
Existen opciones para los días de ayuno de carne, entre las que se incluyen carne magra hervida y verduras. Las porciones se dividen en varias comidas para reducir la carga en la digestión. Este método no es adecuado para todos: la carne en sí es un alimento pesado para los riñones y el hígado, y para las personas con hipertensión una dieta así puede incluso ser peligrosa. Para minimizar el riesgo, es mejor elegir carnes blancas, como el pavo o el pollo, y evitar el exceso de sal.

¿Cómo evitar el estrés en el cuerpo?
A la hora de elegir un día de ayuno de un determinado producto hay que tener en cuenta varias recomendaciones. En primer lugar, trate de no abusar de este régimen: el cuerpo puede experimentar estrés por la transición a una alimentación monótona, y las sustancias útiles (proteínas, fibra, calcio) también son necesarias para el metabolismo normal. El número óptimo de días de ayuno no es más de dos veces al mes.