En la sociedad moderna, la capacidad de leer es una habilidad básica indispensable. La lectura influye positivamente en la inteligencia, el bienestar emocional y el desarrollo psicológico. La capacidad de leer para un adulto es una rutina, pero la formación de una actitud hacia la lectura comienza en la infancia, y aquí los padres y los profesores desempeñan un papel importante. Fomentar el amor por los libros y la lectura es posible. Aunque algunos niños y futuros adultos prefieren el entretenimiento activo a la lectura, los padres pueden inculcarles el respeto por los libros y abrirles el mundo como alternativa. En este artículo nos fijamos en las recomendaciones de Elitor, un centro de desarrollo y educación.
¿Leer o no leer?
El temperamento de un niño desempeña un papel importante a la hora de iniciarle en la lectura (como en cualquier otra actividad). Los niños con temperamentos diferentes pueden responder a la lectura de formas distintas. Los niños tranquilos que tienden a ser flemáticos o melancólicos suelen encontrar consuelo y paz en la lectura. En cambio, los niños activos que prefieren moverse y jugar pueden no mostrar interés por la lectura.
Es probable que esta actitud hacia la actividad continúe en la edad adulta y que estos niños no presten a la lectura la atención que merece. En este caso, es importante aceptar al niño tal como es, sin imponerle nada. Si al bebé no le interesa leer un libro y lo deja a un lado, incluso en el lugar más excitante, no te preocupes. Deja el libro en un lugar destacado y quizá el niño vuelva a él cuando esté preparado.
Mantener el interés
El interés es un factor clave a la hora de educar a los niños. Esto también se aplica a la lectura. Los niños son más propensos a ocuparse de cosas que les interesan. Un niño motivado que se esfuerza por conseguir sus objetivos se mostrará activo y entusiasmado por el aprendizaje y la lectura. La eficacia de la motivación radica en que genera entusiasmo interno frente a la influencia por la fuerza.
El ejemplo personal de los padres desempeña un papel importante en la educación. Si un niño ve a sus padres leyendo libros, puede animarse a leer.
Encontrar respuestas en los libros también puede ser una buena motivación. Cuando un niño quiere aprender algo nuevo, un padre puede sugerirle que los libros pueden ayudarle a encontrar respuestas.
Elegir un libro es importante
Elegir el libro adecuado es importante. Tu hijo tiene sus propios intereses y gustos que hay que tener en cuenta. Es importante elegir no sólo por edad, sino también por preferencias. Niños y niñas pueden interesarse por temas distintos y es importante tener en cuenta los intereses individuales. Los niños con distintos tipos de percepción de la información (auditiva, visual, cinestésica) pueden preferir distintos tipos de libros en función de su forma de percibir la información.
Libros y juegos
Jugar con libros puede ser divertido además de educativo. A los niños les encantan los juegos, e incorporar libros a los ratos de juego fomenta el interés por la lectura. Los adultos pueden crear una situación de juego en la que el libro se convierta en el protagonista. Los libros pueden ser no sólo una fuente de información, sino también parte de un juego divertido.
El método de lectura parcial también puede ayudar a inculcar el amor por los libros. Un adulto lee un cuento a un niño casi hasta el final y luego se aleja, dejando el libro. El niño, intrigado, puede seguir leyendo por su cuenta.
Conclusión
Inculcar a los niños el amor por la lectura es posible si se utilizan métodos adecuados y se tienen en cuenta las características individuales de cada niño. Una combinación de motivación, libros adecuados y juegos interesantes puede hacer que el proceso de lectura sea divertido y gratificante para los niños.