Toda primera cita está envuelta de expectativas excitantes que permanecen en la memoria para siempre. A partir de ese momento, el corazón empieza a latir más deprisa, hay un ligero aleteo y los pensamientos se llenan de sueños de futuro. Sin embargo, con el tiempo, la oleada de emociones se apacigua y el romanticismo desaparece poco a poco de la vida cotidiana. Pero, ¿es posible mantener estos sentimientos durante mucho tiempo? Resulta que para muchos es bastante factible, aunque los métodos pueden ser bastante inusuales.

Las relaciones románticas dependen a menudo de las imágenes idealizadas que creamos de nosotros mismos. Cuanto menos a menudo nos vemos, más fuerte se hace nuestra idea de la pareja. Los encuentros frecuentes a veces borran esta imagen idealizada, mientras que los encuentros infrecuentes, por el contrario, ayudan a conservarla. En esta estrategia, muchos encuentran una forma de mantener los sentimientos a flor de piel creando expectativas y creando una pareja idealizada que nunca decepciona. Sin embargo, esto puede convertirse en una especie de fantasía en la que la persona real es inferior a la ideal.

El amor a distancia suele resultar conveniente para quienes temen a la realidad. Cuando la pareja prácticamente no participa en la vida cotidiana, es fácil atribuirle los mejores rasgos que quizá no estén en ella. El amor no correspondido es otro ejemplo, cuando una persona se crea una pareja idealizada sin recibir reciprocidad. Tales sentimientos pueden persistir durante años, convirtiéndose en algo que la persona aprecia a pesar de la falta de una relación real.

La relación de obstáculos es una de las formas más conocidas de amor romántico. Como en las obras clásicas, los personajes pueden verse separados por circunstancias insalvables, que no hacen sino avivar sus sentimientos. Pero, ¿qué ocurre cuando estos obstáculos desaparecen? Tal vez el romance dé paso a la rutina, y la relación ideal resulte no ser tan serena como parecía al principio.

El romance suele estar sujeto a la prueba del tiempo. Como señalan los psicólogos, la pasión en una relación tiene su límite temporal, y empieza a desvanecerse al cabo de unos meses. Algunas personas evitan conscientemente las relaciones duraderas y prefieren vivir en una búsqueda constante de nuevas emociones. Alternan constantemente entre periodos de amor y ruptura, disfrutando sólo del momento de sentimientos incipientes pero evitando la estabilidad.

A veces las personas prefieren el romance fuera del matrimonio, alternando la estabilidad con una pareja y la pasión con otra. En este triángulo, una pareja proporciona estabilidad y la otra liberación emocional. Pero, ¿qué ocurre cuando este sistema se derrumba y ambos miembros de la pareja están en el mismo barco? El romance desaparecerá rápidamente, dando paso a los habituales problemas domésticos.

En última instancia, los sentimientos románticos pueden cambiar e incluso desvanecerse, pero eso no significa que el amor desaparezca. Tal vez haya otras formas de amor más profundas, más allá del romanticismo, que merezca la pena descubrir. Las relaciones reales requieren un trabajo constante, no sólo visiones idealizadas de la pareja.