La cuestión de cómo educar hijos amigables preocupa a muchos padres. Que los hermanos y hermanas compitan por el amor de sus padres o se conviertan en mejores amigos depende en gran medida de la sabiduría de los adultos. Veamos los principales aspectos que ayudan a fortalecer las relaciones entre los niños y evitar conflictos.
Diferencia de edad: un factor clave
A menudo, la diferencia de edad se convierte en uno de los principales factores que influyen en la relación entre los niños. Si la diferencia entre los niños es sólo de uno o dos años, el bebé puede acaparar casi toda la atención de los padres, dejando al niño mayor con una sensación de "pérdida". Es importante recordar que el niño mayor durante este período todavía necesita cuidados y atención. Los padres deben administrar su tiempo de tal manera que el niño mayor no se sienta abandonado.
Cuando la diferencia de edad es de cinco a siete años, el niño mayor suele dar la bienvenida a la llegada del menor. A esta edad, los niños se sienten fascinados por los juegos de rol y perciben al recién nacido como un “juguete viviente”. Es importante que los padres mantengan este interés, involucrando suavemente al niño mayor en el cuidado del bebé, pero sin sobrecargarlo de responsabilidades.
Si la diferencia entre los hijos es de más de diez años, el mayor ya tiene su propia vida, sus intereses y la mayoría de las veces no percibe al menor como un rival. Pero incluso en este caso es importante que los padres eviten exigir demasiado al hijo mayor y no transfieran sobre él las funciones parentales.
Teniendo en cuenta las necesidades de los niños
Cada niño es único y es importante considerar las necesidades individuales de cada niño. No se debe comparar a los niños entre sí, por ejemplo, elogiar a uno por sus logros y reprochar a otro sus defectos. Más bien, deberíamos enfatizar la singularidad de cada niño, mostrando que es amado y valorado tal como es.
Se debe prestar especial atención al período de la infancia. Incluso el niño mayor más cariñoso puede sentirse celoso si de repente deja de recibir la cantidad habitual de atención. Por ejemplo, puedes aprovechar el tiempo de la siesta de tu bebé para pasarlo con tu primogénito.
Cómo lidiar con los celos
Los celos son un sentimiento natural que puede tener un niño mayor. Es importante que los padres no los avergüencen por ello, sino, por el contrario, que ayuden a sus hijos a afrontar sus emociones. Por ejemplo, puedes explicar que el niño más pequeño requiere más atención debido a su indefensión, pero esto no significa que el mayor se haya vuelto menos querido.
Si un niño expresa abiertamente su resentimiento o insatisfacción, es una buena señal: confía en sus padres y espera su apoyo. Es importante escucharlo, asegurarle tu amor y dedicarle más tiempo.
El papel de los padres en el fortalecimiento del vínculo
El ejemplo de los padres juega un papel clave. Cuando los adultos muestran un comportamiento respetuoso entre ellos y hacia los niños, los niños absorben estos patrones de comportamiento. Las actividades familiares conjuntas, los juegos y la recreación ayudan a fortalecer el vínculo entre los niños.
También es importante evitar comparar a los niños entre sí. Si los padres crean un ambiente donde cada niño se siente único e importante, ayuda a evitar una competencia innecesaria.
¿Qué hacer si ya existen conflictos?
Cuando los niños se pelean, es importante que los padres permanezcan neutrales y no tomen partido. Es mejor ayudar a los niños a comprender el conflicto y encontrar una solución juntos. El castigo o el reproche sólo empeoran el problema.
Por lo tanto, criar niños amigables no es una tarea fácil, pero es bastante alcanzable. Lo principal es recordar que la clave de las relaciones armoniosas en la familia radica en el amor, la atención y el respeto hacia cada hijo. Los padres que pasan tiempo con cada uno de sus hijos y son pacientes pueden criar hermanos que serán cercanos durante toda la vida.