El primer movimiento del bebé es un momento que llena de emoción y alegría a la embarazada. Normalmente estas sensaciones aparecen en el plazo de 18-20 semanas, pero pueden diferir para cada futura mamá. ¿Cuál es la naturaleza de estos movimientos y a qué hay que prestar atención durante este periodo?

Momento de los primeros movimientos

Si se trata del primer embarazo, la futura mamá empieza a sentir los movimientos del bebé entre las semanas 18 y 22. En un embarazo repetido, estas sensaciones pueden aparecer a partir de la semana 16. Este momento puede plantear muchas dudas a la mujer, como la frecuencia y la intensidad de los movimientos del bebé. Responderlas no es tan fácil, ya que las normas de los movimientos fetales son muy individuales.

Carácter de los movimientos

Los primeros movimientos del embrión comienzan a las 7-8 semanas de embarazo, pero la mujer aún no puede sentirlos. A las 20 semanas, el niño crece lo suficiente como para que sus movimientos sean perceptibles. En el segundo trimestre, las futuras mamás suelen sentir temblores en distintas zonas del abdomen, porque en el útero hay espacio suficiente para los movimientos activos. En el tercer trimestre, se puede distinguir cuándo el bebé está dormido o despierto, y sus movimientos activos pueden indicar una posición incómoda para él.

Frecuencia de los temblores.

Hasta la semana 26 de embarazo, el feto aún es pequeño y tiene mucho espacio para moverse, por lo que las pausas entre movimientos pueden ser largas. A partir de la semana 28, el bebé debe moverse unas 10 veces en tres horas. Sin embargo, cada bebé es diferente y las normas pueden variar.

ritmos de movimiento

Para controlar la actividad de tu bebé a lo largo del día, puedes contar cuidadosamente cada movimiento y anotar la hora. Si hay entre cinco y diez movimientos en dos horas, se considera normal. Si no hay movimientos en dos horas, debes intentar activar al bebé y, si esto no ayuda, consultar a un médico.

desaparición de movimientos

La desaparición de movimientos durante más de seis horas en el último trimestre del embarazo requiere la atención de un médico. Puede ser un signo de hipoxia, y es importante someterse a un examen para determinar el estado del bebé y de la madre. La decisión de tratar o dar a luz se toma de forma individual en función de las circunstancias.