Hace tiempo que se reconoce que la dieta mediterránea no sólo es saludable, sino también beneficiosa para la piel. No se puede sobrestimar su utilidad para el temperamento cálido de las mujeres italianas y españolas. Los cosmetólogos también encuentran en esta dieta muchos componentes útiles, especialmente valiosos antioxidantes. Hidratan la piel y la llenan de una fragancia veraniega.

Casi todos los alimentos mediterráneos son fuente de antioxidantes, incluso los más comunes como la pizza o el vino tinto, gracias a su contenido en licopeno y polifenoles respectivamente. Las aceitunas, repletas de vitamina E, destacan especialmente como potentes antioxidantes.

Aunque los filtros solares desempeñan un papel importante en la protección de la piel frente a la radiación UV, los antioxidantes también son importantes. Pueden ayudar a combatir los efectos nocivos de los rayos solares cuando la protección de los filtros se debilita o desaparece. Por eso, las cremas que combinan filtros y antioxidantes son especialmente valiosas en verano.

La exposición prolongada o intensa de la piel a la luz solar puede provocar un envejecimiento prematuro y daños celulares. Los radicales libres producidos por la luz UV pueden acelerar este proceso, y la falta de capacidad del organismo para neutralizarlos provoca estrés oxidativo. Los antioxidantes pueden ayudar a combatir este proceso eliminando los radicales libres y protegiendo las células de sus efectos nocivos.

El limón es uno de los productos estrella de la dieta mediterránea, rico en vitaminas A, C, E y betacaroteno. La vitamina C, componente del limón, es un potente ingrediente antienvejecimiento que, sin embargo, puede perder su actividad cuando se expone a la luz ultravioleta. Los extractos de limón se utilizan a menudo en productos cosméticos como agente preventivo del envejecimiento cutáneo.

Las uvas y el vino también son valiosas fuentes de polifenoles, antioxidantes que pueden proteger la piel de la radiación UV. Precisamente las uvas se han convertido en la base de tratamientos como la vinoterapia, en la que se utilizan productos concentrados de uva para el cuidado de la piel.

Los tomates, ricos en licopeno, también desempeñan un papel importante en el cuidado de la piel. El licopeno es un potente antioxidante que ayuda a reparar el colágeno y protege contra la degradación del ácido hialurónico. Las verduras y frutas rojas como la sandía, la papaya y el pomelo rojo también contienen este valioso componente, por lo que son beneficiosas para la piel.

El aceite de almendras es otro ingrediente popular en la cosmética mediterránea. Es rico en ácidos grasos poliinsaturados y vitamina E, que ayudan a hidratar y proteger la piel del estrés oxidativo. La exfoliación con almendras se ha convertido en un tratamiento muy popular para suavizar y alisar la piel, así como para mejorar su textura y tono.