La cirugía estética continúa ganando popularidad y millones de personas recurren a diversos procedimientos para mejorar su apariencia. A pesar de los resultados deseados, todo procedimiento cosmético conlleva riesgos y posibles complicaciones que es importante considerar antes de decidir someterse a una cirugía.
Uno de los efectos secundarios más comunes de la cirugía estética son las náuseas y los vómitos. Estos síntomas suelen ser el resultado del uso de anestesia durante la cirugía. Los cirujanos plásticos se esfuerzan por minimizar el uso de anestesia general, prefiriendo la anestesia local, que ayuda a reducir la probabilidad de sentir molestias después del procedimiento. Sin embargo, incluso con anestesia local, persiste la posibilidad de que se produzcan náuseas.
Otro riesgo grave son los coágulos de sangre. Pueden formarse cuando un paciente permanece inmóvil durante un largo período de tiempo, especialmente durante el período de recuperación después de la cirugía. El estancamiento de la sangre en las extremidades puede provocar la formación de coágulos de sangre, que en algunos casos pueden desprenderse y viajar por el sistema circulatorio, provocando complicaciones peligrosas como un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Por ello, es importante mantenerse activo y realizar ejercicio ligero durante el postoperatorio.
Además, no se olvide de las posibles complicaciones asociadas con los puntos. La colocación incorrecta de las suturas puede provocar su divergencia, lo que a su vez puede provocar una hemorragia interna. Es importante detectar estos problemas lo antes posible, ya que un retraso en el diagnóstico puede provocar una pérdida significativa de sangre y la necesidad de repetir la cirugía para corregir la situación.
Las infecciones son otra amenaza potencial después de la cirugía estética. Los pacientes se vuelven vulnerables a las infecciones tanto durante la cirugía como durante el proceso de recuperación. En casos leves, las infecciones pueden sólo retrasar la curación, pero en algunas situaciones pueden tener consecuencias más graves e incluso amenazar la vida del paciente. Por tanto, el cumplimiento de las normas de higiene y las recomendaciones del médico después de la cirugía juega un papel clave para reducir el riesgo de complicaciones infecciosas.
La anestesia, como una de las partes más importantes de los procedimientos quirúrgicos, también tiene sus riesgos. El principal peligro es la posibilidad de obstrucción de las vías respiratorias, lo que puede requerir medidas de emergencia como la inserción de un tubo respiratorio o cirugía. Además, la anestesia puede provocar reacciones alérgicas, que en ocasiones tienen consecuencias graves, incluida la muerte.
Resumiendo lo anterior, podemos concluir que la cirugía estética, a pesar de sus ventajas, conlleva ciertos riesgos y efectos secundarios. Las posibles complicaciones pueden ser graves e incluso poner en peligro la vida. Por lo tanto, antes de decidir someterse a una cirugía, es importante analizar detenidamente todos los aspectos y consultar con especialistas calificados para reducir la probabilidad de consecuencias negativas y garantizar un resultado exitoso.