Los médicos no recomiendan en vano sustituir el azúcar por miel. Este producto único posee un rico complejo de propiedades beneficiosas que ayudan a mejorar la salud, la belleza y la juventud.

Las propiedades curativas de la miel ya se conocían en el antiguo Egipto, y la ciencia moderna demuestra que cada gota de miel contiene más de 70 sustancias importantes para la salud humana. Los hidratos de carbono presentes, como la glucosa y la fructosa, son absorbidos más fácilmente por el organismo que el azúcar común, lo que ayuda a mantener la fuerza muscular y el crecimiento normal, especialmente importante para los niños.

Las enzimas de la miel estimulan la digestión y mejoran el metabolismo. Las proteínas, también presentes en la miel, participan en la formación de hormonas, y los minerales regulan el sistema nervioso, la respiración de los tejidos y la hematopoyesis.

La miel protege al organismo del cáncer y las enfermedades cardiacas gracias a los potentes antioxidantes - flavonoides que contiene. Los estudios demuestran que al tomar 50 g de miel al día durante 1-2 meses, el estado general de los pacientes cardíacos mejora significativamente.

En la medicina popular, la miel se considera amiga del estómago y puede utilizarse para tratar úlceras gástricas y duodenales, gastritis y otras enfermedades gastrointestinales. El uso de la miel para la úlcera péptica se recomienda en forma de una solución de agua tibia por la mañana, tarde y noche 1,5-2 horas antes de una comida o 3 horas después de ella.

La miel tiene un fuerte efecto antiséptico y su uso regular ayuda a prevenir la gastritis, colecistitis y pancreatitis. Al pasar por el tracto gastrointestinal, la miel mata las bacterias nocivas y favorece la cicatrización de las heridas en la mucosa del estómago.

Con un resfriado, la miel también tiene un efecto útil. Puede disolverse en leche o mezclarse con zumo de limón. También se conoce un remedio a base de miel y rábano. La miel ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, lo que la convierte en un alimento ideal para el hígado.

La miel tiene efectos beneficiosos sobre la piel, ayudando a combatir diversas enfermedades y a prevenir el envejecimiento del organismo. Aumenta el flujo sanguíneo y el flujo linfático en las zonas dañadas de la piel, favoreciendo la cicatrización de heridas y eliminando gérmenes. Como agente cosmético, el agua de miel puede usarse como lavado para aterciopelar la piel y suavizar las arrugas.

La miel también actúa como probiótico, mejorando la digestión y restableciendo la microflora beneficiosa del organismo. Cuando se consume por la mañana, la persona se vuelve menos susceptible al estrés, hace frente a la fatiga y se vuelve menos irritable.

El consumo diario de miel en cantidades razonables, repartidas en varias comidas, contribuye a la salud y la belleza del organismo. La miel es un producto valioso y útil que puede utilizarse para mantener la salud y mejorar la calidad de vida.